Nuestra Misión
Un propósito poderoso
El motor de Andean Colors es el deseo de apoyar a madres solteras que han superado obstáculos inimaginables. Hemos invertido tiempo en ayudar a muchas de ellas a aprender y perfeccionar el arte de crear textiles peruanos de primera calidad. Luego, al trabajar en nuestras instalaciones y vender sus productos a través de nuestra hermosa boutique, pueden cuidar de sus hijos de forma independiente mientras descubren oportunidades para un futuro mucho más prometedor.
Cuando reserva un paquete turístico en Andean Colors y compra artículos de nuestra boutique, está contribuyendo directamente al éxito de estas mujeres fuertes y talentosas.
¿Cómo adoptó Andean Colors esta importante misión? Todo empezó con Hilda, la fundadora.
La historia detrás de los Andean Colors
Hilda Mayta
La fundadora, copropietaria y reconocida experta en textiles
Hilda y sus cuatro hermanos nacieron y crecieron en Racchi, a una hora al noreste de Cusco. A los 12 años, su madre falleció trágicamente. Esto dejó a Hilda, la hija mayor, a cargo del cuidado de los demás niños. Como si su vida no fuera ya suficientemente dura, comenzó a sufrir abuso doméstico constante por parte de su propio padre. Tomó la desgarradora decisión de huir de casa al terminar la secundaria.
Tras su partida, Hilda terminó en Cusco, sola y vulnerable. Allí conoció a un hombre que se convirtió en el padre de sus dos hijos, pero el terrible ciclo de abuso continuó. Cuando él intentó quitarle la vida, Hilda se sintió invadida por el miedo y supo que debía tomar una decisión desgarradora. Escapar era la única opción, pero terminó siendo la que lo cambió todo.
Marco Zuniga
El copropietario y guía turístico altamente competente
Marco nació en la comunidad de Ccachin, ubicada en el distrito de Lares, provincia de Calca. Desde pequeño, enfrentó grandes desafíos. Con tan solo cinco años, perdió a su padre, dejando a su madre al cuidado de él y sus dos hermanos. La vida en Ccachin giraba en torno a la agricultura de subsistencia, y había meses en que su familia apenas tenía para comer. Su madre, limitada por las normas culturales que no permitían a las mujeres trabajar como los hombres, hizo todo lo posible por mantener a sus hijos.
El quechua era la lengua de su comunidad y la esencia de su identidad. Sin embargo, en la escuela, estaba prohibido hablar quechua. Las clases se impartían en español, que Marco apenas entendía. Los estudiantes que no podían responder en español seguían hablando quechua en silencio, desafiándolo. Estas barreras, sin embargo, no quebraron el espíritu de Marco; alimentaron su determinación de superarse.
El hermoso impacto

Lidia
El poder de un nuevo comienzo
Lidia nació en el distrito de Pitumarca, en la comunidad de Finaya, un lugar remoto cerca de la segunda montaña más alta del Perú. De niña, vivió con su abuela paterna y pasó sus días pastoreando alpacas y llamas en las laderas del majestuoso Ausangate.
Desde pequeña, Lidia participó en ferias nacionales de artesanía, mostrando su talento en las artes textiles. Con el paso de los años, sus logros en el mundo artesanal contrastaban marcadamente con una vida personal llena de tristeza. Cada vez que regresaba a casa, se enfrentaba a una dolorosa realidad debido al maltrato doméstico que sufría por parte de su pareja. Se sentía atrapada, sin una salida clara.
Fue durante este difícil momento que una amiga le presentó a Hilda Mayta, fundadora de Andean Colors. Hilda la apoyó y la animó a tomar las riendas de su vida, recordándole que era valiosa y merecía la felicidad.
Con la ayuda de Hilda, Lidia encontró la fuerza para dejar su relación abusiva y comenzar una nueva etapa en su vida. Además del apoyo emocional, Andean Colors le brindó nuevas oportunidades para crecer, fortaleciendo su independencia y empoderamiento.
Hoy, Lidia sigue participando en ferias nacionales de artesanía, pero con una perspectiva completamente diferente. Ahora es una mujer fuerte, segura de sí misma y feliz. Su historia es una historia de resiliencia, demostrando que el apoyo adecuado puede cambiar vidas. También ha asumido un rol de liderazgo en su comunidad, ayudando a otras mujeres a encontrar nuevas oportunidades y construir un futuro mejor.
“Ser parte de la familia Andean Colors me ha cambiado la vida de verdad”, dijo Lidia. “Siento que ahora tengo un verdadero propósito y sé que todo es posible”.

Noemí
La fuerza de la inspiración
En lo alto de las montañas de Lares, en la comunidad de Pampacorral, vive Noemí, una mujer cuya resiliencia refleja la fuerza de los Andes que la rodean. Su vida ha sido una lucha constante contra la adversidad, pero también un testimonio de cómo la esperanza puede renacer incluso en los momentos más oscuros.
Para Noemí, hablar solo quechua en un mundo que no siempre valora las lenguas indígenas la hacía sentir invisible. A temprana edad, conoció al padre de sus dos hijos: un niño y una niña. Lo que inicialmente parecía una promesa de estabilidad pronto se convirtió en una relación marcada por la violencia doméstica.
Tras años de sufrimiento, Noemí tomó una decisión que cambiaría su vida y la de sus hijos. Con valentía, decidió irse, aunque eso implicara enfrentarse a un futuro incierto. Con sus hijos como su mayor motivación, buscó maneras de sobrevivir y progresar en su comunidad.
Fue en ese momento de vulnerabilidad que conoció a Hilda Mayta, fundadora de Andean Colors. Hilda había llegado a Pampacorral con la misión de trabajar junto a las tejedoras, preservando el arte ancestral de los textiles andinos. Hilda vio más allá de las dificultades de Noemí; vio su talento, su fuerza y el enorme potencial que tenía como artesana.
Hilda comenzó a trabajar con Noemí, ayudándola no solo a perfeccionar sus técnicas de tejido, sino también a recuperar su autoestima. Hilda la apoyó con paciencia y permaneció a su lado, mostrándole que su historia y sus textiles tenían un valor único.
Hoy, Noemí es parte esencial del proyecto Andean Colors. Su obra representa no solo la riqueza cultural de los Andes, sino también la lucha y la resiliencia de una mujer que decidió defenderse a sí misma y a sus hijos.
Aunque el camino sigue siendo difícil, Hilda sigue apoyando a Noemí, quien ahora inspira a otras mujeres en Pampacorral. Su historia demuestra que el empoderamiento no es un destino, sino un proceso que florece gracias al apoyo de la comunidad y la determinación de nunca rendirse.
“Tejer es mi conexión con mis raíces, con mis hijos y conmigo misma”, dijo Noemí. “Gracias a Hilda y a Andean Colors, ahora sé que mi trabajo tiene un propósito y un valor”.

Paulita
La pasión por la independencia
Paulita nació en la comunidad de Pachcancha, en el distrito de Ollantaytambo, y su vida ha sido un testimonio de perseverancia, fortaleza y amor incondicional. Desde pequeña, enfrentó desafíos que marcaron su camino y forjaron su inquebrantable determinación.
Tras perder a su madre, fue criada por su tía y su abuela paterna, quienes la cuidaron con amor y dedicación. Sin embargo, su vida cambió drásticamente cuando su padre decidió llevársela a vivir con él y su nueva pareja.
En ese hogar, lejos del amor que había conocido, Paulita soportó años de maltrato por parte de su madrastra. Día tras día, aguantó en silencio, soñando con el momento en que pudiera tomar las riendas de su propio destino.
Finalmente, tomó la valiente decisión de dejar el hogar paterno y estudiar administración a pesar de no contar con el apoyo familiar. Durante ese tiempo, también dio a luz a su hijo, lo cual marcó un punto de inflexión en su vida. Desde el primer momento, él se convirtió en su mayor motivación para luchar. A pesar de las dificultades de ser madre soltera, Paulita encontró en su hijo la motivación para seguir adelante cada día.
En su búsqueda de una vida mejor, Paulita conoció a Hilda Mayta, fundadora de Andean Colors. Hilda vio en Paulita una fuerza y una determinación que necesitaba cultivar. La invitó a unirse al proyecto, ofreciéndole no solo una fuente de ingresos, sino también un camino hacia la libertad financiera. Hilda confiaba en que Paulita podría romper el ciclo de dependencia y dificultades.
A través de Andean Colors, Paulita perfeccionó sus habilidades artesanales y aprendió a valorar su propio trabajo. Con el apoyo de Hilda, se dio cuenta de que su talento y dedicación podían traducirse en independencia económica. Esta oportunidad no solo le brindó estabilidad financiera, sino que también le devolvió la confianza en sí misma y en su capacidad para construir un futuro mejor.
Hoy, Paulita es un miembro clave de Andean Colors, dedicando su tiempo y energía a crear hermosos textiles que tejen historias de perseverancia y triunfo. Su hijo sigue siendo su mayor inspiración, recordándole cada día que todo sacrificio vale la pena.
“Todo lo que hago, lo hago por él”, dijo Paulita. “Quiero que mi hijo sepa que, por difícil que sea el camino, siempre se puede salir adelante”.
Paulita no solo ha transformado su vida, sino que también inspira a otras mujeres a buscar su independencia y creer en su propio valor. Su historia es un poderoso ejemplo de que los obstáculos se pueden superar con amor y determinación, y que se puede alcanzar la verdadera libertad financiera.